domingo, 18 de enero de 2009

La limpieza puede ser una terapia


Limpiar y ordenar pueden ser más que simples quehaceres domésticos rutinarios, eso es lo que nos dice Sarah Ban Breathnach en su libro “El encanto cotidiano”.



“Cuando limpiamos y ordenamos la casa, en cierto modo también limpiamos y ordenamos nuestro espíritu. […]

Cada vez que me siento bloqueada o empantanada en situaciones frustrantes o penosas que no puedo cambiar, observo los montones de cosas que me rodean, ya sean expedientes, periódicos para leer o libros de cocina que esperan encontrar un sitio en las estanterías. Y me pongo a revisarlos, a hacer limpieza, a tirar y guardar. Los montones de cosas significan los asuntos sin resolver en la vida, lo que a menudo llamamos ‘ropa sucia’. […]

He descubierto que ordenar mis cosas me ayuda a encontrar el orden en mi interior, porque en medio de los trastos que se amontonan es imposible pensar bien, lo cual nos frustra y dificulta mucho la concentración.”

Algo parecido sostiene Robin Sharma en el libro “Éxito, una guía extraordinaria”, extendiendo el concepto de limpieza a todos los órdenes de la vida.



“Una limpieza a fondo es una excelente forma de centrar, simplificar y dar más sentido a tu vida. La mayoría de nosotros arrastramos una tonelada de trastos y equipaje por la vida. Entre ello se cuentan disparates como relaciones insatisfactorias […]; asuntos pendientes como […] el seguro de vida que tendrías que renovar; viejos cacharros que tienes que ordenar o tirar. La idea fuerza es esta: cuando hagas limpieza a fondo –cuando pongas orden o suprimas lo que debe ser eliminado de tu vida- te sentirás más ligero y feliz, y tu espíritu experimentará una renovada paz.”

¿Buscas paz interior? Agarra la escoba.


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