domingo, 18 de enero de 2009

La vida es muy fácil cuando trabajas para simplificarla tan duro como para complicarla

Este artículo forma parte del libro "101 Really Important Things You Already Know, But Keep Forgetting" (101 cosas realmente importantes que ya sabes, pero sigues olvidando).



La vida es muy fácil cuando trabajas para simplificarla tan duro como para complicarla
(Life’s a Breeze When You Work As Hard at Simplifying It As You Do at Complicating It)

Por Ernie Zelinski

Si, la vida es dura. Pero puede ser mucho más fácil cuando mantenemos las cosas simples. Sorprendentemente, uno pensaría que los seres humanos trabajarían para simplificar sus vidas, pero lo cierto es lo contrario. Dada una elección entre una manera simple y una manera complicada de hacer las cosas, la mayoría de la gente elegirá la complicada.

Sin duda, no necesitamos hacer nuestras vidas más difíciles. Muchas otras personas en este mundo lo harán por nosotros con gusto. Los eventos inesperados de la vida también pondrán nuestra creatividad a prueba sin que nosotros tengamos que crear nuestras propias dificultades.

Las palabras que menos probablemente escuches de alguien en la sociedad americana de hoy son: “Mi vida es demasiado simple.” La mayoría complica demasiado su vida y se pregunta por qué tiene tantos dolores de cabeza.

Porqué la gente complica innecesariamente sus vidas es un misterio para filósofos y psiquiatras por igual. Yo estoy asombrado de cuán lejos irá la mayoría de la gente para encontrar una miríada de métodos para complicar su vida personal y profesional. Gastan mucho dinero, tiempo y energía persiguiendo cosas que no les recompensan en nada.

Todos nosotros, en algún grado, practicamos la filosofía de mi buen amigo Todd Lorentz, que afirmó, “Sólo vivir en este mundo ya es un propósito psicótico”. En algún momento en nuestras vidas todos tenemos la tendencia a hacer nuestras vidas increíblemente complejas y deprimentes. Logramos hacer esto con nuestras posesiones materiales, actividades laborales, relaciones, asuntos de familia, pensamientos, y emociones. Como es de esperar, somos incapaces de lograr todo lo que quisiéramos porque invitamos demasiadas distracciones físicas y mentales en nuestras vidas.

Sin embargo la vida es muy fácil cuando trabajamos en simplificarla tanto como en complicarla. Si eres el tipo de persona que no puede dejar su casa sin cuatro quintos de tus posesiones personales, es tiempo de reducir la carga un poquito en tu camino por la vida. Sin demora, líbrate de los pesos que consumen tu tiempo, espacio, dinero y energía. Haz algo hoy para hacer tu vida menos complicada.

Para disfrutar de la vida al máximo, debes identificar periódicamente las cosas que complican tu existencia. Esto se aplica tanto al aspecto personal de tu vida como al profesional. Haz una lista de las cosas que ya no sirven a un propósito que valga la pena en tu vida. Pide a tus amigos que te den sugerencias sobre cómo puedes simplificar las cosas. Tus amigos pueden ver mucha oportunidad donde tú puedes no ver ninguna.

Por supuesto, tú no inventaste la complejidad. Sin embargo, haces lo mejor que puedes para perfeccionarla a veces, ¿no? Recuerda que hacer lo simple complejo no requiere ingenio. Hacer lo complejo simple – eso es ingenio!

Aplica el sentido común y no tendrás mucha dificultad en simplificar tu existencia. Se trata de sacar el exceso de equipaje de tu vida. “Ningún hombre puede nadar en la tierra,” observó el filósofo romano Seneca, “y llevar su equipaje con él.” La vida es mucho más fácil si no llevas equipaje en exceso.

Cualquiera sea tu destino, no puedes permitirte llevar exceso de equipaje demasiado tiempo. En los trenes y las aerolíneas te costará dinero extra. En el viaje llamado vida, te costará mucho más que dinero. En el mejor caso, no lograrás alcanzar tus metas tan rápido como podrías. En el peor caso, no lograrás alcanzar tus metas. Esto no sólo te privará de tu satisfacción y felicidad, sino que podría costarte tu cordura al final.

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