jueves, 3 de julio de 2008

Nadie puede darte consejo más sabio que tú mismo

Este artículo forma parte del libro "101 Really Important Things You Already Know, But Keep Forgetting" (101 cosas realmente importantes que ya sabes, pero sigues olvidando).





La traducción al español es mía, sepan disculpar alguna imprecisión.
Pueden leer el original en inglés aquí.

Nadie puede darte consejo más sabio que tú mismo
(No One Can Give You Wiser Advice than You Can)

Por Ernie Zelinski.

Sin duda habrás notado que no es para nada difícil obtener consejo para tus problemas – sin importar el tamaño o la naturaleza de los mismos. La mayoría de las personas estarían más que felices de darte orientación sobre cualquier cosa imaginable y declarar que es un gran consejo.
Muchos de ellos probablemente han adoptado uno de los principios de Oscar Wilde: “La única cosa a hacer con un buen consejo”, concluyó Oscar, “es pasarlo por alto. Nunca sirve para nada.”

La mayoría de la gente cercana a ti tendrá opiniones sobre cómo deberías vivir tu vida. Tus padres te dirán lo que deberías hacer para ser feliz y realizado. Lo mismo harán tus hermanos, sin mencionar profesores, amigos, publicistas, periódicos, revistas y shows televisivos.

Cuando yo era adolescente, por ejemplo, mi sueño era ser maestro o empresario. Desafortunadamente, cometí el error de entrar en ingeniería a causa del dudoso consejo de un director. El creía que sería un gran ingeniero porque era diestro en matemática y física.

¡Qué equivocado estaba! Terminé dedicando más de 10 años de mi vida a obtener un título de ingeniero eléctrico y trabajar como ingeniero en una corporación. Qué desperdicio de mi vida –dado que nunca llegué a entender la electricidad. Lo que es más, soy contrario a las organizaciones, lo que significa que soy más feliz y productivo trabajando en mis propios proyectos creativos sobre una laptop en un café, donde no tengo que lidiar con las molestias de la vida corporativa.

He aquí la cuestión: ya sea decidiendo qué casa comprar, cuánto dinero ahorrar, qué carrera seguir o cómo educar a tus hijos, deberías ser extremadamente cuidadoso en aceptar consejo de los demás. Esto es particularmente cierto cuando aceptas consejo de demasiadas personas. “Aquel que construye según el consejo de todos,” advierte un proverbio danés, “tendrá una casa torcida.”

La pregunta que surge es: ¿cuán bueno es el consejo que recibes de los demás? El consejo gratuito, particularmente, es como mínimo dudoso. El artista Anselm Feuerbach puede no haber sido demasiado cínico cuando dijo, “si alguien te da un supuesto buen consejo, haz lo opuesto; puedes estar seguro de que será lo correcto nueve de cada diez veces.” Mark Twain pone el consejo gratis en la perspectiva correcta: “No cobró nada por su prédica y lo valió también”.

En general, deberías dar más crédito al consejo por el cual tienes que pagar al menos algo de dinero. La persona que te cobra por sus palabras sabias tiene una reputación que cuidar. Dar mal consejo podría dañar su medio de vida. Por otro lado, la gente que da consejo gratuito tiene poco que perder en caso de que su consejo resulte falso.

Algunas personas tienen una extraña habilidad para invitarse en nuestras vidas con consejo que ni siquiera hemos pedido. Está bien para ellos sugerir que dejemos a nuestras parejas o nuestros trabajos. Si la decisión resulta ser completamente equivocada para nosotros, ¿quién sufre? ¿Ellos nos encontrarán otra pareja u otro trabajo? Por supuesto que no. Ellos continuarán alegremente con sus propias vidas mientras nosotros sufrimos las consecuencias de haber aceptado sus supuestas sabias palabras.

El consejo de otras personas podría parecer muy razonable para ellos, y puede parecerte razonable a ti. Algunas decisiones, sin embargo, son mejor hechas intuitivamente en lugar de razonablemente. Escucha esa voz interior cuando tomas decisiones. No te vuelvas demasiado lógico y práctico.

Aceptar demasiada guía de las personas puede dejar la responsabilidad por tu vida en manos de otros. Debes sentirte libre para hacerlo a tu manera. No permitas que nadie tome decisiones por ti, no importa qué tan buenos sean ellos para tomar decisiones en sus propias vidas.

“Piensa equivocadamente, si quieres,” comentó la escritora británica Doris Lessing, “pero en todo caso piensa por ti mismo.” Pide consejo a otras personas, considéralo un poco, y luego toma tus propias decisiones. Puesto que estamos tratando sobre el consejo, permíteme darte uno. Mi mejor consejo para ti es nunca aceptar el consejo de otro – después de todo, nadie puede darte consejo más sabio que tú mismo.


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